Liderazgo, Accidentes Laborales y Cultura en la trama organizacional

Más allá de los enfoques habituales en la prevención de riesgos laborales, más allá de los EPIs, de las normativas y las sanciones, el origen de los accidentes laborales siempre suele ser multicausal y complejo. Existen dinámicas, manifiestas unas e inconscientes otras, en todas las organizaciones que propician la aparición de riesgos y accidentes. Un enfoque amplio e intensivo que trabaje con la complejidad y la diversidad de la organización es el indicado para poder afrontar dichas dinámicas. Encontramos en los procedimientos y los registros muchas pruebas y causas que nos dan explicaciones mecánicas de los accidentes, se habla del «fallo humano» pero se nos escapa todo lo relativo al «factor humano» que responde a preguntas de cómo un entorno hiperprotegido y protocolizado, que cumple con toda la legislación vigente, sigue generando accidentes.

El director de una empresa de formación en la prevención de riesgos laborales me comentaba que no entendía cómo era posible que sigan produciéndose accidentes cuando todo está tan controlado y protocolizado. Pues bien, ahora estamos intentando aportar algo de luz en este asunto.

El director de una empresa de formación en la prevención de riesgos laborales me comentaba que no entendía cómo era posible que sigan produciéndose accidentes cuando todo está tan controlado y protocolizado. Pues bien, ahora estamos intentando aportar algo de luz en este asunto.

El entorno organizacional, cada empresa, genera una entorno de trabajo único en el que se dan multitud de factores, pero fallan las medidas destinadas a trabajar con los individuos que son, en última instancia, los que cometen un error o se ven desbordados por una situación crítica o, a fin de cuentas, sufren un accidente laboral. La aplicación de técnicas grupales en las que trabajemos con los roles, con lo manifiesto, con el inconsciente, con las dinámicas de cada organización puede ayudar a aliviar las cifras de accidentabilidad laboral con las que contamos. Se trata de poder incorporar la incertidumbre en la gestión de la prevención de los riesgos laborales porque, saliendo del infantilismo y del señalamiento permanente al individuo o a la empresa como culpables, los accidentes laborales son una cuestión de todos los miembros de una organización y se relaciona directamente con el liderazgo y la cultura de la empresa, apelando a la responsabilidad colectiva.

Es decir, la actitud, la responsabilidad, el autoliderazgo, las habilidades de comunicación, los objetivos compartidos, la competitividad, la diversidad en los equipos, las rivalidades, la cooperación y demás características que suelen trabajarse en entornos de valor añadido como la mejora en el trabajo en equipo, el liderazgo, etc., son temas centrales a tratar en el entorno de la prevención de riesgos laborales. Debería ser un complemento obligado a otras intervenciones claramente necesarias e instauradas como son la médica, la formativa o la biomecánica. Un compañero consultor, antes de iniciar una intervención en una empresa me decía: Ahora por fin nos vamos a enterar por qué de verdad fulanito no se pone el casco. Es decir, más allá de las sanciones, los carteles y las formaciones, existen elementos que no están presentes a simple vista pero que debemos tratar si de verdad queremos mejorar también en este aspecto.

Un accidente laboral es un emergente dentro de una trama compleja, de manera que podemos optar por quedarnos con un aspecto parcial y un análisis empobrecido de la situación o abordar las condiciones más profundas que inclinan la situación hacia un escenario de riesgo. La dimensión psicosocial requiere equipos especializados para detectar y prevenir los riesgos que no son fáciles de ver, precisamente porque no solemos hablar de lo mal que lo estamos pasando, apenas solemos ser conscientes, sino más bien, la tendencia es la de actuar el malestar, el estrés, la angustia o el desamparo ante situaciones de responsabilidad complejas que nos sobrepasan o ante relaciones tóxicas en el entorno de nuestro trabajo.

Un accidente laboral es un emergente dentro de una trama compleja […] La dimensión psicosocial requiere equipos especializados para detectar y prevenir los riesgos que no son fáciles de ver, […] la tendencia es la de actuar el malestar, el estrés, la angustia o el desamparo ante situaciones de responsabilidad complejas que nos sobrepasan, o ante relaciones tóxicas en el entorno de nuestro trabajo.

Profesionales aislados o con conductas de riesgo o abusando de sustancias, jefes tiranos, empleados deprimidos, despistes, toxicidad en las relaciones, desequilibrios de poder, son emergentes de un sistema más complejo que habitualmente les impregna hasta el punto que es difícil discriminar lo que es de uno y lo que es de la organización. Un accidente empieza mucho antes de que éste se produzca. Para todo esto existe la tecnología y el conocimiento, lo único que se necesitan son personas que quieran apostar por un escenario hoy revolucionario, el de ir más allá de la supervivencia en la incertidumbre y del guión habitual, para poder mejorar y aprovechar la ilimitada energía de la diversidad y la complejidad en la organización.

Javier Gutierrez Igarza

Psicólogo Consultor

SallésGRUP

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