Equipos en el ámbito sanitario

En los equipos de salud mental y en el ámbito sanitario en general, la falta de formación continua y ejercicios de supervisión o espacios de intervisión, genera muchos problemas de relación entre profesionales, empobrece los equipos y aumenta los riesgos psicosociales entre los empleados. Como defensa ante las realidades tan vulnerables y extremas con las que estos profesionales tratan, los discursos y relatos clínicos tienden, sobre todo en procesos largos, a colocar en los pacientes las miserias y los puntos ciegos de los profesionales, embruteciendo el análisis, y definiendo realidades planas y maniqueas. La facilidad de uso de los diagnósticos psiquiátricos hace el resto y el equipo muere como herramienta para comprender y acompañar, valorar en el sentido más amplio de la palabra. Pasa a ser un espacio de palabras sordas y, en ocasiones, más dañinas que las que los propios pacientes han tenido que sobrellevar en sus vidas, pero esta vez, con todo el aparataje y encarnizamiento biopsicosocial del sistema. 
El propio sistema (la institución, la directiva, el plan de salud…) debe ser el que utilice la formación y la supervisión de los equipos para prevenir el mecanicismo especialmente en este ámbito tan en contacto con lo complicado y el dolor del ser humano, y que pretende ser sensible a la indefensión, por encima de técnicas y teorías, que, aunque necesarias, resultan inútiles sin el factor humano.

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